Friday, September 15, 2006

Pégale a él

Porqué ya lo hiciste una vez, ya me golpeaste de aquella manera que tanto me dolió. Y dime, que te has planteado hoy, volverme a dar? En su día me tocaste pero no me hundiste, así que no vuelvas a intentarlo, porqué esta vez, no te aseguro mi don de supervivencia.

Y es que yo no quiero estar aquí. Ó he de decir que no debo?

Una vez más placer y deber frente a frente, cuestionándome qué hacer.

Porqué con mi púa, a modo de lápiz, escribo todo lo que se me pasa por la cabeza encima de la colcha del sofá, sin ver rastro alguno de la tinta posada en ésta. Y además, te prometo que habrá otra vez. Otra situación que perderé enseñándote la partitura de aquella vieja canción que habla de un romance anónimo, mientras empiezas a respirar lentamente, síntoma de que ya duermes. Una partitura, que no dibuja la trayectoria ni tan siquiera bordea lo que es mi espina dorsal.

Porqué contigo jamás seré perspicaz, ni astuto ni sagaz.

Y es que ayer, tu minifalda e inteligencia me mató. Me dejó sin voz. Me trató como al más auténtico pordiosero de la gran urbe. Dejaste que mis sentidos se cuestionasen uno a uno cuál es más importante y entonces, me pregunté qué era peor, no escuchar la música, o no ver la vida.

Únicamente puedo decirte, que no me muestres tus dádivas rellenas de ingenio, para después llevártelas contigo. Porqué esta ictericia empieza a ser visible tras el golpe que percibí ayer, sabiendo que no fue el primero.

Así que pégale a Pedro, que aún no sabe qué es el amor. Déjame seguir pensando, que enamorado, todo parece más vivo.