Tuesday, April 10, 2007

6:18 de la mañana

Aún no he dormido desde que ayer decidí acostarme. Aún tengo los pies fríos. Me cuesta conciliar el sueño. Por eso, decido leer. Pienso que tarde o temprano mi vista se cansará dando paso al trance que da la bienvenida al inconsciente.

Pero nada de eso ocurre y he de levantarme tras 2 horas de lectura. Siddhartha tiene la culpa. Hoy tiene él la culpa. Tiene la culpa y es la excusa para no dormir. Se me ocurren miles de cosas para hacer hasta que el alba deslumbre mi tez. Una de ellas es masturbarme. También pienso en leer la prensa que hace presencia en los portales de Internet. Nacional, internacional y deportiva.

Ahora es el turno de sexyono. Joder, vuelvo a las andadas. Qué voy hacer?

Voy a llorar. Voy a pensar en todo lo que he leído, y voy a llorar. No hay nada de bueno en las noticias.

El bosque. El bosque podría ser la solución que busco. Una cueva tan profunda y oscura donde olvidas las formas, la luz. Tacto y oído, sin más. Sentado, con las piernas cruzadas, meditando. Soy el no-Yo, contracultural. Así quiero ser, hasta morir. Dejar que el frío penetre tanto en mí, que acabe por no notarlo. No hace frío, no tengo hambre, ni sed. No suenan las tripas. No hay día ni noche. No hay referencias. No hay cultura. No hay sociedad. No hay excitación ni pecado, no hay envidia ni anhelo de superación.

Pero la cueva que habito es hoy mi habitación. Aquí a pesar de encerrarme entra luz y con ella todo lo demás.

El reloj marca las 7:30. Mierda, ya no me quedan lágrimas.

Friday, April 06, 2007

Sentado en taburetes que llaman a la puerta de lo bohemio, te espero. En tu bar, en tus paredes pintadas de color morado y brochazos de un color amarillo, donde los segunderos se olvidan de rodar, te espero.

Aquí aprendí a quitar con piel el frío de tu alma desnuda. Aprendí a abrigar con el manto carnal el desespero por amar. Pero también perdí. Perdí la noción del tiempo. La distancia se perdió en la perspectiva que le dan mis ojos, y las palabras desaparecían con anhelo de transmitir alguna idea disparatada.

Dicen que los cobardes nunca toman ejemplo, nunca aprenden. Y yo creo a los que juzgan desde la distancia. Les creo porque cada vez que me prometo hablar contigo sin ponerme nervioso, voy y la cago. Y pienso que todo es una mierda. Sí, una mierda.

Y a veces, muchas veces, creo que la respuesta estará tras la letra de algún cantautor. Pero también es un error. Ahí sólo hay respuestas para valientes que dejan atrás lo poco que tienen. Así que más que encontrar la solución, encuentro una puta lección que no quiero recibir.
Por eso esta historia puede no acabar bien. Quizás con esta no pueda y caiga en la tierra. Pensaré que saborear el barro no está tan mal y buscaré un sueño alcanzable. Y seguiré pensando inmerso en el tedio que si las cosas cambian lo harán para mejorar. Al fin y al cabo, no está tan mal esperar.