Wednesday, January 03, 2007

Si no creyese en mis amigos,
si no creyese en las ancianas que pasean esperando la muerte,
si no creyese en Fernando Alonso y en las Barbies
y en todos aquellos que dejaron la vida para no vivir bajo dictaduras y sí bajo corruptos,
si no creyese en todos ellos, no sé qué haría sentado en tus piernas.

Empecemos

Yo soy de una aldea donde el río trae todo lo vivo,
donde el vino es el mejor que existe siendo el único que conozco,
donde Txernobil es un cuento que le contamos a los niños para que no se porten mal.

De hecho, supe del tampax a los dieciocho años, en el intento de mi primera relación sexual. Había un hilo que hizo cuestionar lo poco que sabía de la sexualidad femenina.
Me encantaba escuchar música siempre que venía aquel camionero a recoger las zanahorias del huerto. Nuca había visto nada igual.

Viajé a la ciudad y me di cuenta de que la población inmersa en ella, estaba empezando a cansarse de ver siempre los mismos rostros rotos, las mismas figuras esculpidas de diferente forma, en detalles distintos.

Un cretino me escupió. Me escupió una tonada de aviso y no volví jamás a ver edificios.

Allí aprendí a mentir y a pensar que yo tengo amor para ti, pero si te vas y no vuelves, lo vendo.

Entiendes ahora porque creo en la televisión y en la fórmula 1?

Todo lo que soy es publicidad. Hasta lo que siento por tí.